La Resiliencia

01/02/2019
Felicidad

A lo largo de la vida podemos estar expuestos a eventos, situaciones de pérdida o estrés. Existen diferentes circunstancias que nos pueden llevar al límite y hacer que nos cuestionemos si tenemos la fuerza y la voluntad necesarias para continuar adelante. En este punto tenemos dos opciones: dejarnos vencer y sentir que hemos fracasado o sobreponernos y salir fortalecidos, apostar por la resiliencia.

Hay personas que parecen haber nacido con un don para afrontar las tragedias. Personas que logran superar las adversidades, las situaciones de duelo y pérdida, por duras y difíciles que sea. ¿Cómo lo hacen? ¿Son de una pasta especial? ¿Nacen o se hacen con esa capacidad?

Desde la Neurociencia se considera que las personas resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés y soportan mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para soportar las situaciones difíciles.

La resiliencia se define como la capacidad de los seres humanos para superar períodos de dolor emocional y situaciones adversas, saliendo fortalecido de ellas.

 ¿Aprender de una dificultad? ¿Usar el humor cuando algo no sale bien? ¿Sacar lo positivo de cualquier situación? No es fácil actuar de este modo en todas las situaciones, pero ¿se puede aprender a hacerlo?  

La resiliencia no es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes, es algo que todos podemos desarrollar a lo largo de la vida.

Para mejorarla necesitamos fortalecer las cualidades que nos permiten una adaptación positiva en una situación de adversidad o sufrimiento.

  • El autoconocimiento; Saber cuáles son nuestras principales fortalezas y habilidades, así como las limitaciones y debilidades es un camino directo para fortalecer nuestra autoestima
  • La empatía: Es la capacidad de entender al otro y ponernos en su lugar, comprender sus sentimientos, a través de comprender los propios.
  • La autonomía: La creencia de que uno puede influir en lo que sucede a su alrededor, perdiendo el temor a que las cosas suceden por injusticia o causas ajenas a nuestro control.
  • El afrontamiento de la adversidad: Ser capaces de reírnos de los problemas y sacar una broma de las situaciones difíciles nos ayuda a superarlas y mantenernos fuertes y optimistas ante la incertidumbre.
  • Conciencia del presente: El hábito de vivir en el aquí y ahora, sin que las culpas del ayer o la incertidumbre del futuro enturbie el momento que se están experimentando.
  • Perseverancia: La existencia de un propósito significativo en la vida. Esta meta puede dar la fuerza interior para que la persona quiera conseguir un fin, con flexibilidad y sin obstinación.
  • Sociabilidad: Rodearse de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida. De esta forma, se crea una sólida red de apoyo que puede sostenerte en los momentos difíciles.

La resiliencia implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial.

El hecho de salir fortalecidos de las situaciones adversas puede implicar que en un futuro, ante una situación que nos despierte los mismos sentimientos de frustración, tristeza, rabia o desesperanza, podamos reaccionar de forma distinta y escribir una historia con otro final.

Equipo ATIA, psicología y psiquiatría Barcelona