¿Cómo reaccionar ante las malas notas de los hijos?
08/02/2019
Muchos padres se preguntan cómo deben lidiar con las malas notas de los hijos y cómo deben reaccionar en estos momentos delicados. Cuando el niño/a trae a casa unos informes negativos, nos está indicando que algo no va bien. Puede ser que exista una falta de hábito en el estudio, poca motivación, falta de esfuerzo o una dificultad de aprendizaje. Por lo tanto, hemos de ir más allá de los simples números y cuantificaciones e investigar.
Cuando un estudiante obtiene una mala evaluación, la reacción inmediata de muchos padres es castigarles y enfadarse. Sin embargo, la mejor forma de afrontar la cuestión es hacerlo desde la empatía y la comunicación.
Pero empatizar no significa consentir o ceder a los caprichos, sino tomar en consideración sus sentimientos y dificultades. En estos casos es importante señalar que es un problema que tiene solución y que se debe trabajar en ello para mejorarlo y superarlo.
¿Cómo afrontar la situación?
No gritar. Al levantar la voz lo único que se consigue es que el niño se asuste, llore o se sienta mal, y que no quiera contarnos nada. No dramatizar. Las malas notas son malas notas. Hay que dejar de lado actitudes depresivas. Lo que el niño necesita es ánimo. Indagar en las causas. Preguntar a los hijos por qué creen que han obtenido esas calificaciones.Mostrar cariño. Dar apoyo ya que el fracaso académico es una situación donde puede peligrar la autoestima del pequeño.
Alentar la curiosidad de los hijos puede ayudar a motivarlos en el estudio. Hay que reflexionar sobre las exigencias que tienen nuestros hijos y éstas no deben ser excesivamente altas ya que, de lo contrario, será difícil que puedan superarlas y se sentirán frustrados.
Debemos hablar con nuestro hijo detenidamente, y hacerlo partícipe del problema para que se involucre en la búsqueda de soluciones. Darles la oportunidad de que se expresen les convierte en participantes activos en su propio desarrollo y aprendizaje. Es importante que tengamos interés en sus tareas escolares y que ellos sientan que nos importan sus deberes. Hay que motivarlos para que estudien más horas, establezcan rutinas y asegurarse de que el lugar donde aprenden es el adecuado.
Todo lo mencionado anteriormente sin sacrificar los momentos familiares y de ocio. Los estudiantes tienen derecho a descansar, a reír, a jugar con los amigos, a compartir tiempo con la familia, aunque haya sacado malas notas. Una buena salud emocional es un factor esencial para el buen rendimiento académico.
Hay chicos que les cuesta enfrentarse al estudio, lo viven con mucho estrés. Una comunicación fluida y tener una buena relación entre familia y escuela es muy importante para trabajar en común por el bienestar del niño o niña.
Ya es suficiente castigo sacar malas notas en clase, pasar vergüenza y soportar un sentimiento de culpa. Así que no es una buena idea utilizar las notas para premiar o castigar. Asegúrate de que tu hijo o hija sabe que tu amor es incondicional y que lo consideras valioso más allá de sus calificaciones.