El abuso de las pantallas en la primera infancia
20/07/2022
El uso de las TIC en la población infantil es uno de los grandes temas en la educación y crianza que ocupan debates y preocupaciones entre padres y profesionales relacionados con la infancia (educadores, maestros, psicólogos, pediatras).
Las preguntes habituales que se plantean son: ¿Cómo afecta el uso de las pantallas en los niños? ¿Cómo saber si mis hijos hacen un uso excesivo de las pantallas? ¿Cuál es la diferencia entre un uso habitual y una adicción a las pantallas?
La realidad es que no es difícil encontrar niños que van en el coche mientras miran un móvil o las sobremesas con los más pequeños jugando con la Tablet. Una imagen que me impactó fue ver cómo un niño de dos años intentaba ampliar con sus dedos la página de un libro, como si no supiera diferenciar entre una imagen de papel y una pantalla del móvil.
La clave de la cuestión es no situar el problema en las TIC en sí mismas sino en el uso que hacemos de estos dispositivos. Es decir, cómo las TIC ocupan nuestro tiempo y cómo afectan en nuestra manera de relacionarnos, de entretenernos y de trabajar. Y también vale la pena reflexionar si de alguna manera podemos anular otras inquietudes y motivaciones que podrían aflorar sin el uso constante de las mismas (deporte, idees y proyectos, reuniones presenciales, hobbies o entretenimiento).
En la actualidad, muchas familias las utilizan para acompañar a los hijos a comer, a dormir, a entretenerse y en definitiva, a regular las emociones. Concretamente pienso en cuál es el efecto cuando el dispositivo sustituye la presencia del otro. Si utilizamos los dispositivos como sustituto de la presencia física y emocional del cuidador, no habrá la influencia de las relaciones, habrá menos juego y capacidad simbólica, menos capacidad para razonar y entender y menos capacidad para la autorregulación emocional.
El córtex prefrontal es el encargado de las funciones relacionadas con la memoria de trabajo, la conducta y la regulación de las emociones es muy inmadura. Las pantallas son inmediatez, hiperestimulación y requieren muy poca atención. Así pues, el abuso de las pantallas durante la primera infancia no favorece un desarrollo correcto de estas funciones.
UNICEF, l’OMS y otras organizaciones expertas alertan del riesgo que tiene el abuso de pantallas en los menores de seis años:
- Retraso global del desarrollo
- Alteraciones del sueño y sedentarismo
- Inatención, irritabilidad e hiperactividad
- Dificultades conductuales y de regulación
- Retraso o trastorno del lenguaje
- Dificultades relacionales
- Mayor riesgo de depresión y ansiedad
Si tenéis alguna sospecha que las pantallas pueden estar influyendo negativamente en vuestros hijos o bien no encontráis recursos para poder reducir el uso, podemos ayudaros. Nunca es tarde para fomentar la relación, el juego compartido y las rutinas del día a día de manera favorable.