Atención psicológica para pacientes con cáncer

13/05/2019
Atención Psicológica

El diagnóstico y tratamiento del cáncer es un evento altamente estresante que puede hacer que aparezcan episodios depresivos, tristeza y pensamientos obsesivos a medio y largo plazo. Las reacciones de miedo, incertidumbre, incredulidad o rabia forman parte del proceso emocional y varían su intensidad a lo largo de la enfermedad.

Aceptar un diagnóstico de cáncer y recibir un tratamiento específico supone un hecho que sobrepasa en numerosas ocasiones a las personas que lo padecen y a su familia.

Algunas personas en esta situación consideran que tienen suficientes recursos para afrontarlo. Pero cuando la intensidad de las emociones es excesiva y produce un cierto sufrimiento en el paciente y en la familia o cuando aparecen reacciones desadaptativas o trastornos psicopatológicos, es conveniente la intervención profesional de un psicólogo.

Es importante que la ayuda profesional para pacientes con cáncer sea lo más personalizada posible. Porque cada persona tiene sus necesidades y vive la enfermedad a su manera. La asistencia psicológica está indicada en los distintos momentos de la evolución de la enfermedad. Cada una de las fases de ésta se caracteriza por unos problemas específicos y las estrategias que se utilizan pueden variar.

Afrontar el diagnóstico

En este momento el apoyo se centra en ayudar al paciente a expresarse y normalizar las reacciones emocionales.

Convivir con el tratamiento

El tratamiento es un momento muy especial y puede aparecer el deterioro emocional por las secuelas físicas y efectos secundarios del mismo.El cansancio, la caída de pelo, náuseas y mareos son síntomas que acompañan durante un periodo de tiempo. La psicología ofrece al paciente un espacio privado de desahogo emocional para expresar los sentimientos, reconocerlos y, sobre todo, aceptarlos.

Afrontar los cambios familiares

Tras muchos años de rutinas establecidas, el cáncer lo cambia todo. El psicólogo busca la manera de adaptar al paciente a los cambios que van surgiendo y trabaja para que se vean como nuevas oportunidades; tener tiempo para pasear, poder preparar una comida tranquilamente, etc.

Facilitar la comunicación familiar

Es habitual que el paciente quiera hablar de algún tema que le preocupa (el dolor, la muerte, etc.) y los familiares lo rechacen porque no saben cómo abordarlo. Desde la psicología se planea cómo y cuándo abordar estas cuestiones: el lugar, el momento y el motivo para conseguir una comunicación basada en el respeto y ayudar a que cada uno se exprese según sus necesidades.

Volver a la normalidad

Desde fuera parece que cuando una persona recibe el alta sus preocupaciones desaparecen. Y no siempre es así. Algunas cosas pueden haber cambiado: el auto concepto, la visión de la vida o nuevos miedos. Además, el malestar emocional se puede mantener, y conviene prestarle atención, aunque la enfermedad esté curada.

Afrontar la recaída

Algunas personas recaen en el cáncer. Y esto se vive con una gran frustración y sentimiento de derrota. En esta situación se pueden sentir muy solas, y acompañarlas es fundamental para mejorar su estado de ánimo.

El objetivo fundamental de las diferentes intervenciones psicológicas es que el paciente diagnosticado de cáncer y que debe ser tratado mantenga una buena calidad de vida y un bienestar emocional, con la menor alteración posible de la vida social, laboral y familiar.

En términos generales, la dirección de la intervención ha de orientarse hacia actuaciones que disminuyan el sufrimiento y faciliten el proceso de adaptación del enfermo y su familia, de tal modo que pueda dar una nueva significación a su situación permitiéndole afrontar la incertidumbre de otra manera, vivir con esperanza y seguir disfrutando de lo que tiene.

 

Equipo ATIA, psicología y psiquiatría Barcelona