¿Qué es la parentalidad?

10/07/2024
Familia

¿Qué es la parentalidad?

Cuando nos hacemos esta pregunta puede que la respuesta más común sea “tener hijos”. Pero puede también que tengamos la sensación de que es algo más complejo.

¿Qué más es la parentalidad?

Lejos de ser un reflejo o efecto directo de la biología, “algo que se despierta”, el deseo de tener hijos no se adquiere de un día para otro, sino que es propio de una posición a la que se llega después de un complejo trabajo que cada adulto realiza en el campo de su mente. Así, la parentalidad, es una línea de desarrollo personal, una actitud necesaria para tener hijos y acompañarlos en su desarrollo y a su vez, independiente del hecho biológico en sí. Diversos autores definen la misma como una condición de la vida adulta que consiste en la adquisición de una capacidad de crear, cuidar, proteger, nutrir, amar, respetar y disfrutar por fuera de las necesidades de uno mismo.

¿Cuándo se inicia este trabajo?

Este trabajo comienza a gestarse ya a los dos años de vida, etapa en la que se adquiere la identidad de género y florecen fantasías sobre uno mismo como madre/padre en el futuro. Al fin y al cabo, la función parental esencial para la supervivencia de la especie y el pequeño busca asumirla rápidamente. Es por eso que es frecuente ver a niños que imitan a sus padres en las tareas del hogar o que juegan a papás y a mamás. Nociones vagas de lo que significa ser madre/padre se abren y se van llenando de detalle en los posteriores años. Así este trabajo está influenciado por los cuidadores principales, pues es en la relación con el otro donde el sujeto empieza a desarrollar un sentido de sí mismo y de las relaciones, así como de la futura identidad parental.

¿En qué consiste profundizar en este trabajo?

Este proceso va de resituar la historia de la propia infancia, preguntarse sobre las propias figuras de referencia y examinar el modelo que suponen las mismas para el propio rol como madre, padre o adulto. Consiste en gestar e integrar aquello que hemos recibido y estamos en disposición de dar. Un trabajo laborioso que se da lugar a una actitud parental que es diferente de la capacidad de tener hijos, pero imprescindible para afrontar el cuidado de los mismos, pues orienta el camino personal futuro e influye sobre el pasado.

¿Cómo puede ayudar la terapia?

La propia historia infantil se convierte en algo crucial en ese proceso y puede estar en el origen de sufrimientos y desequilibrios emocionales que se pueden antes, durante o después del embarazo. Poder comprender los duelos y desafíos emocionales que se enfrentan en este viaje hacia la parentalidad, puede ayudar a mitigar miedos, ansiedades y sufrimientos que, de no ser pensados, podrían afectar a la calidad del cuidado del pequeño y sin duda, a la calidad de la experiencia como padres o adultos.

En suma, podemos concluir que lo más importante en las relaciones humanas no es el proceso de concepción y gestación, sino la tarea dinámica; social, cultural, simbólica y ética de hacer posible la creación de un nuevo ser humano atendiendo a la complejidad de las relaciones familiares.

Estefania Bengoa, psicóloga

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