Los efectos de las redes sociales en los adolescentes
13/05/2024
No decimos nada nuevo si afirmamos que las redes sociales son algo importante e indispensable en la vida de la mayoría de los adolescentes. No se imaginan sin ellas y son la a manera que tienen de conectarse con sus amigos, la ventana por la que descubren el mundo y por la que acceden a nuevos conocimientos, entre otras cosas. Todo esto puede ser maravilloso, pero también está trayendo dificultades en el desarrollo y aprendizaje.
Es habitual para cualquier usuario de redes sociales, perder la noción del tiempo. Nos sentamos un rato a mirar qué han publicado las personas que seguimos y nos damos cuenta de que ha pasado mucho más tiempo del que teníamos previsto. Queríamos desconectar durante dos minutos y han pasado cuarenta. Esto no es casualidad, nos pasa a todos, y sobre todo se debe al hecho de que las propias aplicaciones tienen maneras de mantenernos enganchados, deslizando el dedo hasta el agotamiento. Como adultos podemos entender este mecanismo y reflexionar, pero a menudo los adolescentes no pueden hacerlo.
El uso excesivo de las redes sociales puede tener un impacto negativo en la salud mental de los adolescentes y en la capacidad para aprender, gestionar la frustración y entretenerse. Es habitual ver a un adolescente consumiendo contenido de dos pantallas simultáneamente. En el ordenador ha puesto el último capítulo de la serie que está viendo y en el móvil, al mismo tiempo, está consultando una red social o chateando con uno o dos amigos. Es difícil que puedan recordar qué vídeos han consumido o aprender algo, y por tanto se convierte en una conducta alienante.
Esta práctica está muy extendida y a menudo no pueden hacer nada sin consultar el móvil paralelamente. Si no lo hacen, sienten que se aburren, pero lo que acaba pasando es que no centran la atención en nada en concreto. A la larga, este efecto puede ser perjudicial para el aprendizaje, ya que se ven alterados dos requisitos básicos: la capacidad de controlar la frustración ante una tarea compleja (que no entienden y a menudo resulta aburrida) y la capacidad para centrar la atención.
Ambos son básicos para realizar tareas escolares que impliquen un reto cognitivo y en las que sea necesario aprender nuevos conocimientos. Además, a medida que aumenta la dificultad, deberán ser capaces de hacerlo más y mejor. Ante esta dificultad, los adolescentes a menudo comienzan a procrastinar.
Para ayudar a promover un uso saludable de las redes sociales entre adolescentes, aquí ofrecemos algunos consejos:
- Establece límites: es muy importante que el uso de las pantallas quede limitado por parte delas figuras de autoridad, ya que es difícil que los jóvenes pongan sus propios límites.
- Promueve otras actividades “fuera de línea”: hay más vida fuera de las pantallas, y es necesario que acerquemos a nuestros hijos a otros modelos de relación y estimulación.
- Comparte actividades con ellos: aún es necesario compartir espacios de ocio con ellos, aunque a priori no favorezcan el acercamiento. Esto servirá para promover hábitos saludables.
En resumen, las redes sociales y los contenidos audiovisuales pueden ser una herramienta positiva para los adolescentes si se utilizan de manera saludable. Los padres y cuidadores pueden ayudar a promover un uso saludable, entendiendo todo lo que implica y ayudando a los jóvenes a comprenderlo. Si detectan que un adolescente está luchando con problemas al desconectarse o se ve afectado en su desarrollo diario, es hora de buscar recursos adicionales para ofrecer apoyo y ayuda.