SEPARARSE DE LA PAREJA

21/07/2021
Pareja

En nuestra sociedad las separaciones de pareja se han considerado uno de los eventos vitales más estresantes en la etapa adulta de las personas, tal y como confirman diferentes estudios (Dohrenwend et al., 1978; Freeman et al., 2008; Hobson & Delunas, 2001). Los resultados obtenidos vinculan los procesos de separación y divorcio a un impacto significativo tanto en la salud física como en la salud mental de las personas, por lo menos en las etapas iniciales del proceso.

Una ruptura de la pareja genera un malestar profundo en la mayor parte de los casos y, en un porcentaje muy elevado, surgen dificultades importantes para llegar a acuerdos en lo que se refiere al funcionamiento familiar, una vez esta finaliza.

Se trata de un proceso de desvinculación y duelo que implica transitar por distintas etapas:

  • Bloqueo inicial en la fase de aceptación de la nueva situación para, posteriormente, poder conectar con el dolor de la pérdida, tanto de la pareja como del proyecto vital en común.
  • Estancamiento en la etapa de ira y rabia, como la necesidad de situar la “culpa” en el otro o en circunstancias concretas, como pueden ser cuestiones relacionadas con el ámbito laboral o terceras personas, para, poco a poco, poder asumir la parte propia y conectar también con la capacidad de salir de ese estado y empezar la reconstrucción de un camino propio.

La conflictividad relacional, así como la capacidad de regulación emocional de cada persona, son aspectos que se verán influidos tanto por variables intrapsíquicas como por la estructura y dinámica relacional de la pareja y por aspectos psico-sociales y económicos del contexto.

La superación suficientemente satisfactoria de esta crisis implica un proceso de aprendizaje de gran valor y un refuerzo de la autoestima, que en el camino también habrá sido puesta en juego.

El recorrido desde la vivencia de fracaso hacia la consecución de una desvinculación emocional exitosa y una reconexión con la individualidad puede tomar múltiples formas y niveles de intensidad.

Como en todo proceso de elaboración de una pérdida, cualquier manifestación emocional será válida y legítima. Cabe esperar, no obstante, una evolución en la expresión y vivencia del malestar generado por la situación. En este sentido, es importante reconocer la necesidad de cuidarse, buscar el equilibrio entre quedar atrapado en el impacto y, en el otro extremo, evitar todo contacto emocional con la situación. Es un momento para buscar y permitir el apoyo de la red social, evitar el aislamiento y dedicar espacio y tiempo a todo aquello que nutra el nuevo proyecto individual.

Si necesitas ayuda puedes contactar con nuestro equipo de profesionales.

María Iglesias, psicóloga

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