Relaciones Tóxicas
09/11/2018
Cuando hablamos de relaciones tóxicas lo primero en que solemos pensar es una relación de pareja, pero en realidad este tipo de relaciones se pueden dar también en la amistad, en el trabajo o incluso en el ámbito familiar.
Si a veces no quieres estar con una persona porque te hace sentir mal, porque tu vibración cambia, porque te alteras, te sientes manipulado, piensas que no mereces ese trato. O si te sientes juzgado, desvalorizado, manipulado, amenazado y sientes un gran vacío después de verla. Es importante que reflexiones seriamente sobre su influencia en tu vida, ya que podría tratarse de una persona tóxica.
Este tipo de personas te pueden llegar a poner en una situación de vulnerabilidad psicológica y emocional sin darte cuenta.
¿Cómo se distingue una relación tóxica de una relación saludable?
Una buena relación, de pareja, de amistad o laboral, se reconoce porque hace que la persona se oriente hacia el desarrollo y el crecimiento, da impulso y motivación.
También porque el intercambio de energía tiende a ser positivo y agradable. La relación genera más alegría que tristeza, más fuerza que debilidad, más bienestar corporal que malestar.
En cambio, las personas tóxicas, provocan estados emocionales negativos, minan la autoestima y hacen que la otra persona se sienta incapaz para emprender cualquier proyecto. Las relaciones tóxicas son relaciones que producen infelicidad.
¿Cómo acabar con una relación tóxica?
- Establecer límites: Saber poner límites a la influencia de los comentarios, las opiniones y el juicio de personas con las que no te sientes cómodo. Nadie puede decirte como debes actuar o pensar.
- Saber decir "basta": Cuando seas capaz de hacerte valer ante otra persona y controlar la situación, notarás que es más fácil entender y predecir el comportamiento de una persona tóxica.
- No permitir que tu felicidad dependa de nadie: Cuando tu satisfacción depende de otras personas, no eres el dueño de tu felicidad.
- No centrarte en los problemas, solo en las soluciones: Cuando te centras en los problemas, solo estás aumentando el alcance de tu estrés y de tus emociones negativas.
- Rodéate de gente que te quiera: De esta manera será más fácil identificar y comprobar que existen otro tipo de relaciones.
- No tratarte mal a ti mismo: Es fácil contagiarse de la negatividad de otras personas. Los diálogos internos negativos son poco realistas, innecesarios y contraproducentes
Una relación tóxica contamina la autoestima, la felicidad y el modo en que una persona se sitúa en el mundo. Cualquier relación que impida a una persona estar relajada y feliz, no conviene. Hay que dejar de pensar en lo complicada que es la persona en cuestión y buscar un modo para dejar de sucumbir a su toxicidad.
Una relación sana es aquella que suma y no que resta: la que te hace sentir más grande, más escuchado, más respetado, más seguro y tranquilo, y no lo contrario.